12 mayo, 2014

Personas con discapacidad, seis consejos para independizarse

Las personas con discapacidad que desean vivir fuera del hogar familiar han de analizar sus propias condiciones y las opciones con que cuentan

Vivir fuera del hogar familiar es uno de los anhelos de muchas personas con discapacidad. Aunque cada vez es más frecuente entre ellas, todavía no es habitual que residan en su propia vivienda, ya sea solas o en compañía. Pero quienes barajen esta posibilidad cuentan con ayuda para que tome forma. La organización FEAPS Madrid ha editado una guía con consejos para poner en práctica durante el proceso de paso a una vida independiente. Como se explica a continuación, hay tres pautas básicas antes de tomar la decisión: reflexionar sobre los cambios que implicará la convivencia, calcular los ingresos y los gastos que supondrá y despejar cualquier duda. Y otras tantas después de independizarse: solicitar apoyo si se necesita, mantener unos hábitos saludables y cuidar las relaciones sociales. De este modo, una vez tomada la decisión, las personas con discapacidad pueden aprovechar las ventajas de los programas de vida independiente implantados por varias ONG.

Personas con discapacidad, tres consejos prácticos antes de independizarse

Las personas con discapacidad han de reflexionar sobre la convivencia con otras personas y analizar diferentes opciones
Valorar sus opciones y su realidad. Estas son dos premisas que las personas con discapacidad deben tener en cuenta cuando se plantean vivir fuera del hogar familiar. El deseo ha de aliarse con la realidad para lograr que el proyecto salga adelante con éxito. La guía "Un hogar donde quiero vivir: mi casa", realizada por la Unidad de Desarrollo Sectorial (UDS) de Vivienda de FEAPS Madrid, aporta pistas.

1. Reflexionar sobre la convivencia. Una vez que se tiene la idea de independizarse, las personas interesadas han de pensar otras cuestiones que afectarán a la convivencia. Puesto que a menudo compartirán casa con la pareja o con otras personas, hay que analizar si se está dispuesto a repartirse las responsabilidades del cuidado de la casa y las propias. En caso contrario, será esencial considerar qué ayuda se necesitará y quién la prestará.

2. Calcular ingresos y gastos. Otras cuestiones que se deben analizar hacen referencia a ingresos y gastos. Se tienen que realizar los cálculos oportunos para garantizar que se podrá hacer frente a los gastos de la vivienda y gastos corrientes, como el pago de las cuentas, la comida u otros referidos al ocio, transporte, etc. De este modo, habrá que hacer cuentas y saber de cuánto dinero se dispondrá una vez hechos todos los pagos.

3. Despejar dudas. Llega el momento de ajustar detalles. Hay que preguntarse dónde se quiere vivir, con quién, decidir entre alquilar una vivienda o una habitación, comprar un piso o utilizar una propiedad familiar que esté vacía, además de saber si se cuenta con la posibilidad de beneficiarse de recursos públicos. En este caso, hay opción de solicitar una plaza en una residencia o en un piso tutelado.

Tres consejos prácticos tras independizarse

1. Solicitar apoyo si se necesita. Cuando se ha iniciado la vida independiente en el nuevo hogar, puede sentirse la necesidad de recibir apoyo. Según el grado de dependencia que se acredite, las personas con discapacidad pueden beneficiarse de servicios de ayuda a domicilio proporcionados por instituciones públicas. Otras opciones son los servicios de teleasistencia o, si se cuenta con los medios necesarios, la contratación de un asistente personal.

2. Mantener unos hábitos saludables. Es fundamental establecer una rutina de cuidados para que la salud no se resienta. La prevención es siempre una de las claves, pero sobre todo, hay que poner en práctica unos hábitos de vida saludables. Hay que cuidar la higiene, practicar ejercicio y cuidar el aspecto personal. Los familiares pueden ayudar a establecer estas pautas y asegurarse de que se siguen.

3. Cuidar las relaciones sociales. Junto con el trabajo y la vivienda, el tiempo de ocio constituye un pilar esencial en la inclusión de las personas con discapacidad. Los programas para hacer amigos son apropiados para conocer a personas con intereses comunes, con quienes conformar un grupo para compartir el tiempo de ocio. Gracias a ellos, se amplían los espacios de vida independiente y autonomía, lo que enriquece la vida de las personas.

Fuente: http://www.consumer.es/

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